Imagen personal, estilo y coherencia. “Quiero mudar de estilo y de razones”, Lope de Vega.…

El vestuario y la imagen personal
La relación entre el vestuario y la imagen personal es muy estrecha. La mayoría me preguntan si lo que llevan puesto les va bien. Es chistoso, pues creen que como consultora y asesora de imagen personal, me la paso escaneando a la gente, como cuando creemos que los sicólogos todo el tiempo nos están analizando… mi realidad está lejos de ese escenario.
Son pocos los que me dicen que escogen sus prendas automáticamente o eligen lo primero que está a su alcance en el closet. Cuando oigo esto me genera curiosidad y me es inevitable empezar a hacer preguntas relacionadas con el tema. La respuesta, el 90% de las veces, es “me visto para estar cómod@”.
¿Quién se viste para estar incómodo? Nadie, creo.
La respuesta «me visto para estar cómodo» y por esto me pongo lo primero que encuentro, revela un desinterés en tu comunicación no verbal, o una oportunidad de aprender estéticamente cómo te comunicas contigo y con tus entornos.
Sin duda, nos vestimos para sentirnos cómodos, pues de otra manera nuestra comunicación nunca podrá ser asertiva. Es más, la incomodidad se siente y se ve. Recuerdo hace unos años que una buena amiga se salió de la ceremonia de un matrimonio para devolverse a su casa, cambiarse de vestido y llegar nuevamente. Claro, ella se sentía y veía incómoda. O por ejemplo, ponerse unos zapatos que tallen la existencia, una camisa que no deje respirar, una falda que nos enrede el paso. Todos estos son casos donde la incomodidad es protagonista.
La comodidad, el vestuario y nuestra imagen personal
La comodidad es un factor transversal de nuestros looks, pero nunca es sinónimo de descuido. Tener cuidado con lo que escogemos al ponernos significa: conocer el código de vestuario y el clima (en este punto es importante apelar al sentido común: no voy a ir al gym en tacones o con un vestido de coctel…); reconocer las prendas y los colores que me armonizan, detallar que la ropa no tenga motas, arrugas, manchas, hebras; tener en cuenta mi rol y sobre todo, antes de elegir, responderme: ¿QUÉ MENSAJE QUIERO ENVIAR SIN PALABRAS? Esa es la directriz y la pregunta que les hago a todos con quienes trabajo en su imagen personal. Para responderla es necesario quitar capas, dejar salir emociones, reconocer creencias, desmitificar, reconocer miedos, trabajar paradigmas, identificar la imagen real e ideal, y descubrir tu propósito. En otras palabras: entrar en un proceso de AUTOCONOCIMIENTO que requiere tiempo y compromiso.
Si tu respuesta es “no me interesa enviar un mensaje” debo recordarte que la comunicación no verbal es continua e inevitable.
Si no tienes un mensaje claro, entonces considero que es oportuno empezar a sentirlo, pensarlo y escribirlo: aterrizarlo.
Recuerda que de una sana comunicación verbal y no verbal con nosotros mismos depende nuestro bienestar y la comunicación asertiva con nuestros entornos. Si los looks están siendo tus dolores de cabeza, te están generando tensiones, cuestionamientos, entre otras consecuencias negativas, es momento de hacer un pare, encontrar la razón y empezar a trabajar. Los looks finalmente, son aliados que nos ayudan a consolidar nuestra voz propia.
Juliana Gutiérrez de la Cuadra.
Consultora, docente y conferencista de Imagen Personal
Coaching Conversaciones Inspiradoras
Moda Sostenible Central Saint Martins, UAL.
Personal Colour Style BF 123
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