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Cambios

Renovación de imagen personal, cambios

Los cambios de la segunda piel- Renovación de la imagen personal

Julio 22 del 2022, Lima, Perú.

Faltando un mes para cerrar el ciclo de mi año, me encuentro en Lima, Perú. El covid que agarró a mi esposo detuvo nuestro regreso a Bogotá. En un apartamento alquilado situado en Miraflores, pasamos sus días de recuperación. Él en su rincón, yo en el resto del espacio noventero.

Lejos el uno del otro, de la familia, del país, de la casa, del calor de hogar, la situación se convirtió en un retiro forzado en el apartamento 202. Cinco días de silencio, del ulular de la paloma, de mirar por la ventana muros blancos, la persiana cerrada del vecino y apreciar una esquina de nubes que el edificio dejaba ver en lo alto. Todo era gris, porque Lima es así, gris clara, el sol no se asoma (o muy de vez en cuando). En este lado del Pacífico el pronóstico visual es de una tormenta, pero nunca cae una gota.

El silencio te empuja hacia adentro, y entonces la introspección es más fuerte, la conversación propia es más franca, las lágrimas y las sonrisas salen sin filtro.

Es punzante renunciar a no callar más e ir en una dirección contraria a lo que el molde social instauró. Sin decirnos mentiras: todos esperan una sonrisa de ti, oír que estás de acuerdo con ellos y que tu opinión, actos y decisiones encajan con su pensar. Pero cuando las cosas no salen así entonces, como no cumples con la respuesta promedio, puedes ser tildada de rebelde, dramática, grosera, terca, sensible…

Es doloroso pero purificador abandonar un personaje creado por ti que actúa para complacer a los demás. Identificarlo y desprenderse de él duele, pero alivia. Es lo que he sentido los últimos 5 años.

Esto ocurre en lo presencial y también en las redes sociales:

“July, debes publicar esto y lo otro sobre imagen en IG”

“July, debes repostear tal cosa”

“July, debes hablar sobre XXXXX porque es tendencia”

Renunciar a estos “debes” probalemente me ha costado seguidores, tal vez credibilidad en mi oficio y en algunos momentos, hasta he dudado de mí. Pero a la vez, ha sido revitalizante. Sé que hablar sobre imagen desde el ángulo en que lo hago no es el usual; entiendo el interés de los demás en resolver inquietudes frente a lo tangible (ropa, cuerpo, peinados, accesorios) y su posible sorpresa al no encontrar este tipo de respuestas de forma directa y constante en mis publicaciones.

Sin embargo, confío en que cada vez más personas han entendido que somos seres integrales, y en ese sentido, si su interior no está armónico, su proyección tampoco lo estará y el ruido en su imagen será evidente.

De verdad, no me interesa disfrazar a las personas o cooperar a tapar sus defectos y heridas emocionales a través del vestuario, sino contribuir a sanar su relación con la imagen, una parte de la comunicación personal que nos permite expandir nuestra luz propia.

Cambios

Hoy cumplo 41 años y:

  • Mi andar se ha hecho más lento
  • Mis rutinas más silenciosas
  • Los círculos sociales más pequeños
  • Las relaciones familiares más estrechas
  • La contemplación se ha hecho más constante
  • Mi lado pragmático se ha exaltado
  • Escuchar al otro me llena más que intervenir
  • Y quienes están más lejos de aquí ahora los siento más cerca, pues me di cuenta que eso que llaman “conexión”, sí existe, al poder sentir el pálpito del otro a kilómetros.

 

Todo esto revela los cambios de mi segunda piel:

  • Los colores que uso y sus combinaciones son diferentes a las de hace un par de años
  • Las formas de prendas ahora tienden a ser más suaves
  • Ahora me gusta combinar texturas livianas con las pesadas
  • Cada vez me gusta más lo hecho a mano y las artesanías
  • Si antes compraba siete prendas ahora solo compro tres
  • He perdido el interés por los anillos y pulseras
  • Antes los collares eran un infaltable, ahora lo son unos buenos zapatos o botas, y una linda cartera (ojalá vintage)
  • Y ahora me gusta más un look color blocking que los estampados.

 

Es hermoso ver (concientizar) cómo reflejamos nuestro interior en lo tangible, algo que para algunos es frívolo, cuando es la manifestación de su energía. No es algo pensado, es una reacción natural del sentir.

Por eso repito tantas veces: “las dos palabras clave de una imagen en armonía son Autoconocimiento y Equilibrio”.

Este retiro silencioso en Lima me deja esta conversación interior que ahora comparto contigo y, además, muchas ganas de aprender a cocinar cosas ricas, caminar calles y parques, y seguir andando con la esperanza apretada debajo del brazo.

 

Juliana Gutiérrez de la Cuadra.

Consultora, docente y conferencista de Imagen Personal Consciente

Coaching en Conversaciones Inspiradoras

Moda Sostenible Central Saint Martins, UAL.

Personal Colour Style BF 123

 

Cambios

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